viernes, 10 de agosto de 2012

El tiempo paaasaaaa y nos vamos poniendo obeeesooos. ¿Que podemos hacer?


Cuando eres un jovencito de 15 a 20 años, generalmente mantienes una vida muy activa. Tus hormonas han iniciado su trabajo, tu tasa metabólica se mantiene activa en todo momento y tu sistema inmunológico es bastante fuerte, por lo tanto tu cuerpo te responde como una máquina nueva. Por ejemplo, en una noche de fiesta puedes darte el lujo de abusar de la comida y las bebidas, además de desvelarte. Pero lo mejor de esta etapa es que al día siguiente puedes estar como fresca lechuga, sin que sientas los estragos.

Entre los 20 y 30 años, posiblemente te llame la paternidad, aunque no significará parar por completo, pues la diversión para ti puede continuar pero de forma más tranquila. Para estas alturas una noche de juerga te puede provocar estragos estomacales, mismos que resolverás tomando un par de antiácidos. En esta etapa podrías pensar en hacer ejercicio, aunque tal vez por tu edad te sientes en buena forma y decides llevártela tranquila.

De los 30 a los 40 años, tu abdomen y/o cintura han acumulado algunas tallas adicionales. Varios amigos, conocidos y familiares contemporáneos (incluso tú mismo), se enfrentan a problemas de salud como son la hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, obesidad, etc. Estás justo en el momento adecuado de tomar el control de la situación y realizar cambios que te ayudarán a mantener una tasa metabólica elevada.

Con la edad, los kilos demás no llegan todos a la vez, se van acumulando gradualmente en el organismo. A medida que envejecemos, nuestro metabolismo tiende a desacelerarse aproximadamente un 5% cada 10 años después de los 40. Y si continuamos comiendo como cuando teníamos 20 años, necesitaremos más ejercicio para quemar todas esas calorías extras. Con la edad, el cuerpo comienza a almacenar más grasa. Biológicamente está diseñado para hacerlo, pues esa energía almacenada la podrá utilizar en un futuro si lo necesitara.

A medida que envejecemos, nuestras vidas se vuelven más complicadas: la familia, problemas laborales, el envejecimiento de nuestros padres, etc. Por estas y otras razones, cada vez tenemos menos tiempo para estar activos físicamente y para prestar atención a lo que comemos. Arriba de los 40 es importante cuidar y moderar el consumo de alcohol, alimentos fritos y grasas, ya que aumentan el almacenamiento de grasa corporal. Otro factor importante a controlar en esta etapa es el estrés, pues libera cortisol que aumenta aún más el almacenamiento de grasa corporal.

La mejor manera de reactivar el metabolismo es haciendo ejercicio y cuidando la alimentación. Así podrás reducir la grasa corporal y aumentar tu masa muscular. Al aumentarla, tu metabolismo también aumentará, lo cual te ayudará en el proceso de pérdida de peso.

En conclusión, la clave para prevenir el incremento de peso después de los 40 años, consiste en compensar nuestra ingesta alimenticia, incrementar el ejercicio y ser cada vez más activo física y mentalmente.
Por José Manuel Nava/YahooDeportes

1 comentario:

lillian Maturana dijo...

Qué atinado este artículo sobre la obesidad y muy ad hoc la pintura de Botero, a quién dicho sea de paso, detesto.Querido dueño del blog, por favor investiga las propiedades de la Chía, una semilla que consumida junto con los alimentos favorece la digestión y al agilizarla, hace que la gente adelgace.¡¡Comprobado!!