La Dieta Occidental incluye gran cantidad de grasas saturadas, frituras, carnes rojas, embutidos, dulces, sal, harinas refinadas, comida rápida, edulcorantes, conservantes, aditivos alimentarios y otros productos con un alto contenido calórico que promueven el sobrepeso y la obesidad.
Se estima que en la Dieta Occidental, alrededor de un 40% de las calorías provienen de las grasas, otro 40% de los carbohidratos, y un 20% de las proteínas. Se han realizado diversas investigaciones que asocian la Dieta Occidental al desarrollo de diversos tipos de cáncer, patologías cardiovasculares y obesidad entre otros males. De hecho, ¡es la dieta que provoca más ataques cardiacos en el mundo!
La conclusión viene de un estudio sobre patrones de alimentación en varios países. Este fue publicado en Circulación: Revista de la Asociación Estadounidense del Corazón y reveló que la Dieta Occidental tiene 35% más riesgo de provocar infartos que otras dietas típicas del mundo.
Esta investigación analizó a 16.000 personas de 52 países en América Latina en su dieta. El estudio incluyó a Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala y México. Las enfermedades del corazón se han convertido en la principal causa de muerte en muchos países occidentales (incluyendo América Latina). La amenaza podría reducirse drásticamente cambiando el estilo de vida ¡afirman especialistas!
Los científicos identificaron además, seis factores que duplican el riesgo de enfermedad del corazón en América latina:
1. Estrés continuo.
2. Hipertensión.
3. Diabetes.
4. Tabaquismo.
5. Alto nivel de grasa abdominal.
6. Alto nivel de grasas como colesterol en la sangre.
Comparados con otros países del mundo, la grasa en abdomen resulta ser un factor de riesgo más importante en América Latina que en otras regiones estudiadas. Además, mientras en otras regiones el consumo de alcohol se considera un elemento protector del corazón, en América Latina ¡no es así!
Gran parte del riesgo de infarto en América Latina se debe al uso de tabaco y a las grasas anormales en la sangre, grasa abdominal e hipertensión.
Lo más recomendable y útil es tener un patrón alimenticio basado en la dieta prudente que se describe con un alto consumo de frutas y vegetales ¡aseguraron los científicos!
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