Reemplazan cañonazo de las 12 del cerro Santa Lucía por repique de antiguas campanas jesuitas
La tradicional detonación del mediodía se eliminó para evitar desprendimientos en el cerro tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.
por Bernardita Alvarez
No lo dejaron llegar a su bicentenario. El tradicional cañonazo de las 12 del cerro Santa Lucía, costumbre que cumplía 180 años, fue reemplazado indefinidamente por el repique de unas antiguas campanas jesuitas.
El cañonazo se silenció tras el terremoto del 27 de febrero del año pasado. Hasta un día antes de la catástrofe, la detonación avisó diariamente la llegada del mediodía. Hasta esa fecha su puntual estallido les recordó la hora a los vecinos y oficinistas del centro de Santiago y asustó a palomas y transeúntes.
Pero el mismo terremoto dio la oportunidad para que, desde hace un mes y medio, dos históricas campanas, pertenecientes a la Compañía de Jesús, suenen de lunes a sábado anunciando las 12 horas en los jardines de la sede del ex Congreso Nacional, en calle Compañía 1175.
En esos terrenos se ubicó anteriormente la iglesia de San Miguel de aquella orden. La misma que en 1863 fue protagonista de uno de los incendios más devastadores del país, que les costó la vida a cerca de 2.000 personas, en su mayoría mujeres y niños. Lo único que sobrevivió fueron las seis campanas de su torre.
"La idea que inspira este diario sonar de las campanas es mostrar que éstas fueron testigo de uno de los mayores incendios del país y también anunciar a la ciudad de Santiago el mediodía en Chile, como hasta hace poco lo hacía el cañonazo del cerro Santa Lucía", explica el administrador de la sede en Santiago de la Cámara de Diputados, Federico Vallejos.
Añoranza del cañonazo
El tañido de las campanas poco a poco se ha hecho familiar para los transeúntes de las calles Compañía, Bandera y Catedral. "Aunque yo no alcanzaba desde mi almacén a escuchar el cañonazo, me acuerdo de él, porque las campanas suenan siempre a las 12. Se escuchan a veces hasta la Plaza de Armas", afirma Jaime García, comerciante del sector.
Sin embargo, los vecinos del barrio del cerro Santa Lucía, por calles Miraflores, José Miguel de la Barra y Moneda, entre otras, afirman extrañar el tradicional cañonazo de las 12.
"Estaba acostumbrada a que sonara. Antes siempre sabía cuando era mediodía. Ahora se me olvida", dice una mesera del café Riviera, en la esquina de Miraflores con Moneda. Esta añoranza también es compartida por el oficinista Pedro Adasme: "Al principio me asustaba, pero después me fui acostumbrando a su sonido".
En la Municipalidad de Santiago explican que hasta el momento no hay plazo definido para que el cañonazo de las 12 vuelva a funcionar. La alcaldía se encuentra a la espera de recursos para las reparaciones del cerro Santa Lucía, ya sea a través del financiamiento del gobierno regional u otras vías.
Dentro de los mayores arreglos que se deben realizar en el lugar está el de la ermita donde descansan los restos del ex intendente Benjamín Vicuña Mackenna.
Hasta que no se realicen los trabajos, el cañón no podrá volver a detonarse, porque cualquier vibración podría causar desprendimientos en el cerro.
Esta no es primera vez que el cañón deja de sonar. En 1996 estuvo paralizado durante cuatro meses, cuando el alcalde de Santiago de ese entonces, Jaime Ravinet, suspendió el estallido para disminuir la contaminación acústica.
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