SECTORES POBRES A LA PERIFERIA Y MAYOR RIESGO DE INUNDACION
Fuente: LaTerceraDigital.
Walter Folch, arquitecto y urbanista de la Universidad Central, señaló que modificar un Plan Regulador es "un tema muy delicado, porque afecta radicalmente la vida urbana" y por lo mismo, se debe considerar "la necesidad del nivel de vida que tienen sus habitantes para poder desarrollar" nuevas zonas de uso habitacional.
Folch, quien se mostró contrario a este proyecto, indicó que "lo que tenemos que hacer es crecer cuando es necesario y yo creo que Santiago no necesitaba crecer en estas 10 mil hectáreas para los planes de vivienda, para nada". "Lo que estamos haciendo es perimetral, (es decir) en el perímetro más pobre de la ciudad, hacer el crecimiento de la vivienda y con eso lo que hacemos nuevamente es tirar a los más pobres a la periferia", comentó Folch.
En esa misma línea, la experta del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica, Sonia Reyes, precisó que con esta medida no se resuelve el problema de la escasez de suelos para soluciones habitacionales, ya que "sólo el 8% de las 10 mil hectáreas que se agregan estarán destinadas a viviendas sociales, lo cual es insuficiente para el déficit habitacional".
Asimismo, explicó que esta modificación "tendrá efectos negativos en la calidad de vida y en la calidad ambiental de Santiago, porque la expansión del límite urbano significará la construcción de viviendas en sectores cada vez más alejados de los centros de servicios, cuyos habitantes tendrán que realizar largos viajes para sus actividades diarias. Esto incrementará el número y extensión de los viajes motorizados, lo cual implica mayores emisiones y mayor contaminación atmosférica".
Según Reyes, "las nuevas urbanizaciones ocuparán espacios que hoy tienen cultivos agrícolas, pastizales, matorrales; esta cubierta vegetal será reemplazada por vialidad y viviendas, desapareciendo con ello los servicios ambientales que presta la vegetación principalmente la infiltración de aguas lluvia y regulación térmica.
Eso implica mayores riesgos de inundación por aguas lluvia e incremento de las temperaturas urbanas", agregó.
En cuanto a la construcción de áreas verdes, la académica UC argumentó que estas "caducan luego de cinco años, es decir; si no se inicia su construcción en cinco años, dejarán de ser áreas verdes y se podrán urbanizar".
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