lunes, 9 de mayo de 2011

Encuesta Calidad de Vida en la Vejez: Tema del Seminario de mañana en la UC

Resultados de la "Encuesta de calidad de vida en la vejez" aplicada en 2010:
Crece sensación de bienestar en sector de adultos mayores

Optimismo responde a más seguridad económica y de salud, aunque los índices difieren según nivel socioeconómico. Entre los problemas está el alto sedentarismo.


PorMANUEL FERNÁNDEZ BOLVARÁN/Elmercurionline

"Le voy a mostrar cómo la pasamos acá. ¡Ven, José! ¡Bailemos!". A sus 59 años, Pilar Molina se ha ido preparando para que la transición hacia la tercera edad no sea de golpe. Y para eso se llenó de actividades: entre la clase de natación a la que asiste por la mañana hasta la de tango que dicta en la noche, su rutina incluye reuniones para promover la Sociedad Malacológica (dedicada al estudio de los moluscos), revisa sus inversiones, asiste a talleres y sigue las noticias en TV.

"Si una le da un enfoque optimista y proactivo a su día, se siente vital", dice

Una sensación que detecta la "Encuesta de calidad de vida en la vejez 2010", aplicada por el Programa Adulto Mayor, el Instituto de Sociología y el Centro de Geriatría y Gerontología de la UC, con el apoyo del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) y Caja Los Andes. Según el estudio, entre 2007 y 2010 subió significativamente la cantidad de personas sobre 60 años que se sienten satisfechas con su vida (de 56,2 a 59,5%). En el mismo lapso cayeron los niveles de estrés y la preocupación por quedar sin ingresos o por enfermar de gravedad.

"Siempre estos fenómenos son multicausales", explica Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC. Dice que la creación de la Pensión Básica Solidaria y la institucionalización del plan AUGE son claves: "Son políticas que les han dado tranquilidad a muchos adultos mayores".

La más amplia gama de ofertas de servicios para el adulto mayor es otro aspecto que remarcan los expertos. "La gente parece estar mejor preparada para el envejecimiento", opina Macarena Rojas, directora del Programa Adulto Mayor UC. Pero alerta sobre la cara menos feliz de este fenómeno: "Hay grandes diferencias en la calidad del envejecimiento de las personas de nivel educacional alto y bajo". En efecto, los mayores menos educados viven más estresados, se encierran más en su casa, se sienten menos satisfechos en sus relaciones familiares y tienen una salud más deteriorada.

Los bajos índices de actividad física también generan preocupación, pues se vinculan con enfermedades como el colesterol alto, la diabetes y la osteoporosis. "Es el grupo más sedentario en el país, y creo que se debe al hecho de que se criaron en un tiempo en el que la educación física no era tema", señala Rosita Kornfeld, directora del Senama.

Para ello, proponen una campaña para incentivar el ejercicio. "Si una abuela le dice al nieto que va a ir al supermercado, el nieto le va a decir que no vaya, que él le trae todo. Eso puede ser sobreprotección, ellos necesitan salir", dice el doctor Pedro Paulo Marín, profesor de Medicina Interna UC y jefe del Programa de Geriatría y Gerontología.

Esta realidad se suma a bajos niveles de participación en cursos, talleres o clubes. "Hay que promover desde las políticas públicas el envejecimiento activo. Un buen ejemplo son los programas donde profesores jubilados apoyan a estudiantes", indica Irarrázaval.

"Hay viejos que se jubilan y se encierran en la casa. Cuando uno sale crea amistades, y eso es súper bueno", dice José Morales (67). En todo caso, el 91,3% de los encuestados afirma que cuenta con personas a las cuales recurrir en caso de problemas, lo que se puede explicar por el cercano vínculo que logran mantener con sus familiares. Pero aquí se estaría fraguando un cambio de mentalidad: si bien el 45,9% cree que es obligación de sus hijos cuidarlos si no pueden valerse por sí mismos, es mucho más extendido (56,3%) el temor a tener que depender de otras personas.

MUESTRA
Se encuestaron 2.002 casos, representativos del 86% de la población de personas mayores de 60 años del país. Se aplicó entre septiembre y noviembre de 2010. El error muestral es 2,2%.

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