miércoles, 4 de mayo de 2011

Adelgazar bebiendo agua.

Seguro que muchos de nosotros hemos puesto en práctica esas dietas maratónicas que nos tienen mareados todo el día y de mal humor, para, al final, terminar tirando la toalla lanzándonos a la comida como obsesos. ¿Resultado? Recuperamos lo que perdimos, incluso unos cuantos kilos más.

Está comprobadísimo que la hidroterapia reduce peso y cura enfermedades. La clave está en aplicarla, seguirla. Si es llevada a cabo de manera correcta, desde el primer día se ven resultados.

Por desgracia, el agua, aunque es vista como fuente de vida, sólo se utiliza para mitigar la sed, cuando las terapias ayurvédicas han mostrado sus beneficios para la salud. Entre ellos, ayudarnos a mantener nuestro peso.

Michel Boschmann, jefe de investigaciones en el centro de investigación clínica de la Universidad de Medicina Charité de Berlín, se ha interesado en estudiar estos efectos del agua sobre el organismo.

El investigador se utilizó a sí mismo y a otros compañeros como conejillos de indias. Tomaron agua con el estómago vacío, medio litro, este líquido en ayunas estimula, por peso y temperatura, un reflejo hepático que activa el sistema nervioso simpático y predispone al cuerpo a un mayor rendimiento físico y mental. Lo ideal sería beber de 1,5 a 2 litros (seis a ocho vasos) .

¿Por qué el agua ayuda a mantener o

reducir el peso y combatir la obesidad?

Cuando se toma suficiente agua en ayunas, el primer efecto es el ya descrito por Boschmann. En segundo lugar, el cambio de temperatura obliga al cuerpo a gastar calorías para compensar esa alteración térmica, y se traduce en pérdida de peso. Siempre y cuando se acompañe de un plan integral: dieta y ejercicio.

Por otra parte, la ingestión de agua fría tonifica. Y el agua caliente ayuda a aliviar la gastritis crónica y los cólicos.

En resumen: tomar en ayunas seis a ocho vasos de agua y no ingerir ningún alimento en los siguientes 30 a 60 minutos. Al principio, la urgencia por ir al baño será grande, pero el cuerpo pronto se acostumbra y lo controla. Si se es paciente y constante, los resultados son visibles a los pocos días y el cambio es espectacular en pocas semanas.

Pero ¡Cuidado! No hay que irse a los extremos.

Tomar agua es lo mejor, pero tomarla demasiado puede ser perjudicial. el consumo excesivo y compulsivo de agua -aún sin tener sed- se llama potomanía, un trastorno hasta ahora muy poco conocido.

Más de la mitad de nuestro peso corporal está compuesto por agua y para lograr el equilibrio interno de este elemento debes beber alrededor de dos litros y medio de agua al día incluyendo el agua que proviene de las bebidas y alimentos que consumimos.

La potomanía es un síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene que ver con trastornos en el control de los impulsos. Un potomaniaco, alguien que bebe de siete o más litros al día, debe acudir al endocrinólogo para descartar cualquier trastorno hormonal o patología que afecte el hipotálamo, el área del cerebro que controla la sed.

Bebe agua en exceso puede ocasionar que los componente de la sangre se diluyan y se produce un desequilibrio en la concentración de electrolitos. La hiponatremia es la consecuencia más grave de la potomanía, es la disminución de sodio en la sangre, la cual puede afectar el funcionamiento del cerebro, los músculos, los órganos y el metabolismo.

Así es que ya sabes... ¡Atento(a) a cuántos vasos de agua te tomas al día!

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