En uno de los principales hospitales de Estados Unidos, una enfermera camina alrededor de la cama de un paciente, agitando los brazos como si tratase de espantar espíritus malignos. Otra mujer frota un tazón de cuarzo con una varita, emitiendo sonidos que se mezclan con el pitido de los monitores y el silbido de un respirador que mantienen vivo al individuo.
Ambas realizan una sesión de reiki, una terapia con la que se cree que se ayuda al paciente con campos de energía invisibles. El anestesista Richard Dutton dice que se trata de "cuentos místicos", pero los usa.
"Se autohiponotizan" y eso ayuda a relajar a los pacientes, sostuvo. "Si te dices a ti mismo que no te duele tanto, entonces no te duele tanto".
Las medicinas alternativas están llegando a la mayoría y son cada vez más aceptadas por médicos formales, aseguradoras y hospitales como el de la Universidad de Maryland.
La gente apela a terapias no convencionales y hierbas para tratar desde bochornos y problemas para dormir hasta cáncer y males cardíacos. Tiende a desconfiar de las compañías farmacéuticas y del gobierno, y prefiere medicinas que considera naturales y más seguras.
A menudo, sin embargo, no es eso lo que reciben. La actitud del gobierno y de sectores poderosos hacen que el consumidor sea vulnerable a productos fallidos y a publicidad engañosa.
Los complementos alimentarios no tienen que demostrar que son seguros o efectivos para ser vendidos. Algunos contienen elementos naturales que uno quiere evitar, como plomo y arsénico. Otros pueden interferir con cosas que uno consume, como píldoras anticonceptivas.
"Las hierbas son medicinas" que pueden tener reacciones buenas o malas, afirmó Bruce Silverglade, de la agrupación de defensa del consumidor Center for Science in the Public Interest.
Muchos de estos productos no son resultados de operaciones pequeñas, artesanales, sino fabricados por laboratorios grandes. Sus ingredientes y el país de origen son un misterio para los consumidores. Son vendidos con técnicas que manipulan los sentimientos, igual que un automóvil o una prenda de vestir.
Se exageran las bondades de terapias que pueden ayudar en ciertas condiciones, como la acupuntura.
La AP analizó decenas de estudios y entrevistó a más de 100 personas. Comprobó que hay un sistema subterráneo que opera a plena luz del día, con principios distintos a los de la medicina tradicional y que millones de personas tienen una fe ciega en estos productos.
Aquí algunas de las cosas que The Associated Press encontró:
_ Grandes hospitales acuden con creciente frecuencia a terapias alternativas. Muchos ofrecen tratamientos que alivian el estrés, como meditación, yoga y masajes, pero algunos ofrecen tratamientos con poco sustento científico a pacientes gravemente enfermos y vulnerables.
_ Algunas facultades de medicina dan clases a los futuros médicos sobre terapias y remedios alternativos, costeadas a veces por fondos del gobierno. La idea es educarlos acerca de los tratamientos que prefiere la gente para que puedan hacer recomendaciones sólidas y objetivas. Más de una institución, no obstante, tiene fuertes vínculos con gente que practica o promueve métodos alternativos.
_ Las aseguradoras están permitiendo que las firmas que ofrecen medicinas alternativas ofrezcan sus productos y sus servicios directamente a sus afiliados. Incluso les recomiendan que compren suplementos alimentarios en determinados portales de la internet.
Hay suplementos de hierbas que pueden afectar la salud. Una cantidad sorprendente de productos no tienen lo que anuncian en sus etiquetas y contienen sustancias que pueden resultar nocivas, como plomo, o versiones disfrazadas de medicinas que requieren receta médica.
"En los exámenes, uno de cada cuatro suplementos tiene algún problema", declaró Tod Cooperman, presidente de ConsumerLab.com, una firma independiente que analiza esos productos.
Incluso cuando los componentes de la medicina no son peligrosos, el dinero que se gasta en productos cuyo beneficio no está comprobado puede no ser una buena inversión, además de riesgosa.
Hay pacientes de cáncer que dejan pasar su única oportunidad de combatir el mal por apostar a medicinas alternativas. Personas con arterias obstruidas pueden sufrir paros cardíacos. Los niños pueden sufrir perjuicios por el uso de terapias cuya efectividad no ha sido comprobada, aplicadas por padres que no confían en la medicina tradicional.
Las medicinas tradicionales también tienen sus problemas y muchas han sido sacadas de circulación al comprobarse que producen reacciones nocivas. Esas medicinas, sin embargo, están sujetas a sistemas regulatorios y son observadas de cerca por organismos de vigilancia.
La supervisión de las medicinas alternativas es mucho más limitada.
Pese a ello, el uso de medicinas alternativas y suplementos alimenticios, como vitaminas, minerales y hierbas, está muy difundido.
"Nos molesta cuando la gente dice que somos un recurso marginal", sostuvo Steven Mister, presidente del Consejo para una Nutrición Responsable. Agregó que los suplementos constituyen "un reaseguro" cuando la gente no come bien.
Algunos son ampliamente recomendados por los médicos, como las vitaminas para mujeres embarazadas y el calcio para las mujeres mayores de edad que pueden contraer osteoporosis. Se cree que esos usos son seguros.
Varios estudios señalan que un déficit de vitaminas puede generar enfermedades, pero no está claro si el consumo de suplementos resolverá el problema. Algunos estudios indican que puede causar inconvenientes, de acuerdo con Jeffrey White, director del departamento de medicinas alternativas del Instituto Nacional del Cáncer.
White, no obstante, cree que la medicina alternativa "ofrece buenas oportunidades". Lo mismo piensa Josephine Briggs, directora del Centro Nacional de Medicinas Alternativas, un organismo creado por el Congreso.
"La mayoría de los pacientes no reciben tratamientos demasiado satisfactorios. Si tuviésemos tratamientos convencionales satisfactorios y efectivos, probablemente no necesitaríamos estas otras estrategias", opinó.
Es por ello que Mitchell Gaynor, especialista en cáncer del Centro Médico Weill-Cornell de Nueva York, vigila la nutrición y ofrece técnicas de meditación y relajamiento en sus tratamientos.
"Hay gente que opina que 'la quimioterapia es veneno puro'", expresó Gaynor, quien le dice a esos pacientes que no piensa lo mismo. "El cáncer es un mal que se desarrolla durante décadas, de modo que uno no puede decir que lo va a curar cambiando la dieta o haciendo meditación. Hay que tratarlo con la medicina convencional".
Mucha gente compra suplementos para tratar males menores, como problemas para dormir, sofocones causados por la menopausia, pérdida de memoria, exceso de peso y trastornos sexuales.
Kathy Allen, dietista del Centro Moffit contra el Cáncer de Tampa, Florida, dice que la gente debe mostrarse escéptica ante el término "natural".
Afirmó que los suplementos no han demostrado ser seguros ni que ofrecen beneficios. Si a uno le preguntan si está dispuesto a consumir medicinas tradicionales en esas condiciones, "la mayoría de nosotros diría que no", manifestó.
"Cuando la etiqueta dice 'natural', se cree que no puede hacer daño y eso sencillamente no es cierto", destacó.
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Fuente: The Associated Press
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