La finalidad de los diversos tratamientos es la de regular la tensión tanto de reposo como de esfuerzo. El tratamiento debe tomarse lo antes posible, desde la aparición de los primeros síntomas.
Primer paso: medir la tensiónPara confirmar la existencia de hipertensión arterial hay que realizar al menos tres mediciones, en intervalos espaciados de, por ejemplo, un trimestre.
Segundo paso: tratamiento higiénico dietéticoEs el período de observación. Es aconsejable, por ejemplo, dejar el tabaco, perder peso, reducir la ingesta de sal, alimentos grasos y alcohol, practicar una actividad física...
A veces, una buena higiene de vida resulta suficiente.
En el campo del tratamiento de la hipertensión arterial ha habido importantes progresos terapéuticos; no obstante, mantener una buena higiene de vida es esencial:
- En primer lugar, deja de fumar: el tabaco aumenta la tensión arterial, la nicotina acelera el corazón, el monóxido de carbono agrava la arterioesclerosis;
- Reduce el consumo de alcohol: el efecto que causa sobre la tensión arterial es ampliamente conocido. Por suerte, el efecto del alcohol es reversible, al reducir el consumo de alcohol, la tensión arterial baja, aunque lentamente (4 a 6 semanas de media);
- Si tienes unos kilos de más, pierde peso: el sobrepeso, por mínimo que sea, puede causar hipertensión. Así pues, un sobrepeso de 20 % respecto al peso ideal es suficiente para triplicar el riesgo de sufrir hipertensión. La pérdida de peso suele ir acompañada de un descenso de la presión arterial. A algunas personas les basta con perder tan solo 5 o 6 kilos para normalizar los niveles de tensión o reducir el tratamiento farmacológico.
- Practica una actividad física moderada con regularidad: caminar, montar en bicicleta, natación, gimnasia... Puedes practicar deporte, pero siguiendo el consejo de tu médico y solo cuando hayan disminuido las cifras de la presión arterial;
- Mantén una alimentación equilibrada.
El tratamiento médico: un seguimiento muy sencillo
El tratamiento médico de la tensión arterial alta suele comportar, en la actualidad, una sola medicina por día, suficiente para controlar la tensión durante 24 horas.Si no resulta suficiente, se añade un segundo medicamento, a veces en forma de «asociación fija»: dos fármacos antihipertensivos de acción complementaria en un mismo comprimido (por ejemplo: diurético e inhibidor de la enzima de conversión). Así, la posología no cambia. Hay menor riesgo de olvido... o abandono.
Siete familias principales de medicamentos
- Los diuréticos que «estimulan» el riñón. Es necesario eliminar agua y sal, puesto que ayuda a bajar la presión sanguínea.
- Los inhibidores del calcio, que reducen la entrada de calcio en las células musculares de las arterias y contribuyen sobre todo a la vasodilatación (dilatación de los vasos sanguíneos).
- Los inhibidores de la enzima de conversión. Esta enzima es responsable de la formación en la sangre de una «superhormona» que causa hipertensión: la angiotensina II.
- Una producción excesiva de la misma impide que el riñón elimine el agua y la sal necesarias.
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