domingo, 4 de diciembre de 2011

¡A tomarse todito el caldo!


Un estudio pionero investiga los efectos saludables del caldo, considerado por la cultura popular como un alimento con propiedades para asentar el estómago y mejorar el estado general.

Los problemas digestivos como la distensión abdominal, pesadez o molestias, que pueden influir negativamente en la calidad de vida son muy habituales en nuestra sociedad.

Se calcula que un 30 por ciento de la población está afectada por trastornos funcionales digestivos, aquellos en los que no se encuentra una causa orgánica detectable por métodos diagnósticos convencionales. Se sabe que tanto sopas como los caldos son una buena opción para asegurar los niveles de hidratación que nuestro organismo necesita. El cuerpo humano está compuesto entre un 60 y 70 por ciento de agua, y la pérdida de líquido durante el día es constante (sudor, orina, etc...).

La Fundación de la Dieta Mediterránea recomienda incrementar el consumo de sopa y tomarla mínimo 4 veces por semana.

Por sus beneficios nutricionales y su importante papel en las necesidades de hidratación de nuestro organismo, es un alimento apto para cualquier persona y para cualquier momento del día.

Por supuesto que no nos referimos a los famosos caldos o sopas de sobre, que son verdaderas bombas de sal y otros productos químicos.

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