El problema es que el hígado no es capaz de metabolizar tamaña ingesta en tan pocas horas.
Las consecuencias de no controlar cuánto se bebe, son las siguientes:
* El alcohol se absorbe en el estómago y principalmente en el intestino delgado. Pasa a la sangre antes de 10 minutos.
* Aproximadamente el 50% se metaboliza en el hígado y el resto circula hasta ser eliminado lentamente.
* Los efectos en el hígado pueden ser agudos, causando una hepatitis alcohólica o crónica y así desencadenando un hígado graso, inflamación y fibrosis (cirrosis).
De las cuales nueve de cada mil personas mueren por este mal en Chile.
Y eso que si nos referimos a los accidentes y muertes causadas por ebrios, los problemas de salud mental, los dramas sociales, las cifras pueden ser mucho más impactantes.
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