NUEVA YORK. (Reuters Health. Por Amy Norton) - Masticar algún chicle sin azúcar sería una buena técnica para ayudar a las mamás a mover el intestino nuevamente después de un parto por cesárea.
En un estudio con mujeres que se habían sometido a una cesárea, investigadores egipcios hallaron que dar a las pacientes una goma de mascar luego del parto las ayudaba a recuperar la función intestinal normal y acortaba su estadía en el hospital.
Como en cualquier cirugía abdominal, la función intestinal puede volverse lenta por un tiempo después de una cesárea, lo que provoca gases y estitiquez.
El chicle ayudaría porque el acto de mascar genera una respuesta del sistema nervioso y produce hormonas digestivas que estimulan la actividad intestinal, según el equipo de Karim Abd-El-Maeboud, de la Universidad Ain Shams, en El Cairo.
Asimismo, la solución es segura y económica y las mujeres del estudio parecieron estar "generalmente complacidas" con ella, dijo Abd-El-Maeboud a Reuters Health.
Los beneficios de una estadía hospitalaria más corta tampoco deberían desestimarse, señaló el investigador, especialmente en los países desarrollados con escasos recursos sanitarios.
El estudio, publicado en la revista BJOG, incluyó a 200 mujeres que se habían sometido a una cesárea bajo anestesia general.
Alrededor de la mitad fueron asignadas al azar para comenzar a mascar chicles sin azúcar dos horas después del procedimiento, mientras que el resto recibió sólo tratamiento estándar, que incluyó levantarse de la cama y caminar para incentivar el movimiento intestinal.
Las mujeres en el grupo que consumió goma de mascar recibieron la indicación de masticar un chicle durante 15 minutos cada dos horas.
En general, los expertos hallaron que las mujeres que mascaron chicle recuperaron más rápidamente la actividad intestinal. En promedio, tuvieron su primera evacuación 21 horas después de la cesárea, frente a 30 horas en el grupo de tratamiento estándar.
También fueron dadas de alta antes: alrededor de 41 horas después del parto, en promedio, comparado con 50 horas entre las pacientes de la otra cohorte.
Lo que sigue sin esclarecerse, según el equipo, es si la goma de mascar sería útil en los países más desarrollados, donde las mujeres suelen recibir anestesia local, en lugar de general, durante la cesárea.
La anestesia local, que incluye la aplicación de epidural y bloqueo espinal, interferiría con la activación del sistema nervioso, por la que se cree que el chicle impulsaría la actividad intestinal.
Se necesitan más estudios para evaluar los efectos de la goma de mascar en las mujeres que reciben epidural o bloqueo espinal, señaló Abd-El-Maeboud.
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