Las comunidades cuya dieta se basa en alimentos enteros, sometidos a un procesamiento mínimo, son quienes lo logran: Frutos secos, bayas, legumbres, leche entera y carne de ganado alimentado con pastos. Los alimentos enteros, reales, sin procesar, suelen ser sanos, independientemente de la cantidad de carbohidratos, proteínas o grasas que contengan.
Todas estas dietas tienen en común el hecho de que en ningún caso incluyen comidas preparadas. También son muy bajas en azúcares. Los alimentos reales (alimentos enteros sometidos a escaso procesamiento) contienen una farmacia virtual de nutrientes, sustancias fitoquímicas, enzimas, vitaminas, minerales, antioxidantes, antiinflamatorios y grasas saludables, que pueden ayudarnos a pasar comodamente la barrera de los cien años de vida.
Las bayas, por ejemplo, tienen un contenido extraordinariamente bajo de calorías, alto en fibras y contienen múltiples compuestos de las plantas que mejoran la memoria y contribuyen a combatir el cáncer. Los estudios han demostrado continuamente que las personas que consumen frutos secos habitualmente presentan índices más bajos de enfermedades cardiacas. Las legumbres destacan por su elevado contenido en fibras y forman parte de la dieta de las personas longevas y con una buena calidad de vida de prácticamente todo el mundo.
Las proteínas (esta palabra proviene de un término griego que significa "de máxima importancia") son una característica de todas las dietas saludables que se han estudiado a lo largo de la historia. La carne, contrariamente a lo que su mala reputación haría pensar, puede ser sana si (y este "si" es fundamental) proviene de animales criados con pasto, que nunca han vivido en granjas de engorde y que nunca se han hinchado con antibióticos y hormonas.
Lo mismo se puede decir de la leche entera sin pasteurizar que innumerables devotos de todo el mundo creen que es una de las bebidas más saludables que existe y por la que pueden llegar a pagar grandes sumas y a sufrir muchas molestias para conseguirla en granjas pequeñas y sostenibles. El salmón salvaje, cuyo contenido en omega 3 es mucho más elevado que el de sus primos menos afortunados, criados en criaderos, debe su llamativo color rojo a un potente antioxidante llamado astaxantina. La combinación de proteínas, omega 3 y antioxidantes hace que el salmón sea un firme candidato a la lista de los mejores alimentos de cualquiera.
Otro gran alimento son los huevos, una de las creaciones más perfectas de la naturaleza, especialmente si no se desecha la yema. Hay que recordar que alimentos "enteros" significa alimentos en su estado original. Nuestros robustos ancestros no comían caribú "bajo en grasa", ¿por qué nosotros comemos tortillas sin yema?
En realidad no hay verduras "malas", pero desde luego algunas son excelentes. Cualquier verdura del género de las Brassicas, como el brócoli, el repollo, las coles de bruselas, contiene una sustancia química, el indol, que contribuye a reducir el riesgo de cáncer.
La Manzana el mejor de los Viagras:
En el reino de las frutas, las manzanas se han ganado justamente su reputación de saludables: contienen una gran cantidad de fibras, minerales (como el boro, que contribuye a la formación de los huesos) y sustancias fitoquímicas (como la quercetina, que es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas). Algunas investigaciones recientes sugieren que el zumo de granada ralentiza el avance de algunos cánceres. Otras investigaciones han demostrado que contribuye a bajar la tensión y que puede actuar incluso como una "Viagra natural".
El té se merece una mención especial en cualquier lista de los alimentos más sanos del mundo. Es la segunda bebida por consumo en el mundo (después del agua). En todas sus formas (negro, oolong, blanco, verde o yerba mate) contiene ingentes cantidades de antioxidantes y antiinflamatorios. Algunos tipos de té (el verde, por ejemplo) contienen unas sustancias químicas de las plantas denominadas citrinas (vitamina P) que tienen unas claras propiedades anticancerígenas.
Finalmente, no podemos dejar de hablar de la familia de plantas aliáceas: cebollas, ajo y chalotas. El ajo se ha usado durante miles de años por sus propiedades medicinales; hay cientos de estudios publicados que respaldan sus efectos antimicrobianos y su capacidad de reducir el riesgo de enfermedad cardiaca. Hay varios estudios que demuestran también que existe una relación inversamente proporcional entre el consumo de cebolla y la presencia de distintos tipos de cáncer.
Adaptado de: Forbes/Por: Jonny Bowden
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