viernes, 25 de enero de 2008

Principio del vacío

El siguiente texto me lo envió una amiga:
“PRINCIPIO DEL VACÍO...
Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo. ...Y ¿dentro suyo?...
Usted tiene el hábito de guardar peleas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.
No haga eso. Es anti-prosperidad.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.
Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.
Dé lo que usted no usa más.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida.
No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia.
Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
1º... usted no confía en el mañana.
2º... usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo... “
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En relación a lo anterior, les contaré que, hace un par de día, mi esposa me pasó un montón de corbatas y me dijo si al menos podría deshacerme de una sola. Las examiné y aparté un par de docenas para botarlas. De esas, cogí dos, las corté dejando la mitad mas ancha, porque me parecieron ideales para sacar brillo al calzado después de lustrarlo. Eran hermosas, sobrias, tejidas. Las llevé al lustrín que tenemos en el baño. Al día siguiente, fui al centro y, en una vitrina estaban un par de corbatas similares, como de última moda y a $8.000 cada una…
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