Eso me recuerda antiguos tiempos en que la educación no era tan importante como la popularidad o la potencia de las maquinarias electorales para llevar agua al molino de quienes pudieran serles de utilidad.
Por los años "50, había un señor que llegó a ser diputado por la provincia de Colchagua. A falta de cultura, tenía una buena posición social y económica.
Se cuenta que en una sesión de la Cámara, un colega le dijo que respecto al tema en tabla, el honorable no tenía base para opinar porque "era un analfabeto". Nuestro diputado indignado le respondió de inmediato. "¡Usted que se ha creído...Yo no soy ningún ANALFETO!"
Años después, el mismo personaje, llegó a ser nombrado Intendente de la huasa provincia. Allí, era conocido su aversión por un gran médico pediatrade la zona, el Dr. Eduardo Agrela Giemza. El Sr.Intendente le decía a todos que el Dr. Agrela atendía a niños, porque "sólo había estudiado el Primer Tomo de la Medicina".
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
3 comentarios:
Quisiera saber por qué el intendente de la zona de Colchagua en los años 50, tenía aversión por el Dr. Eduardo Agrela Giemza, quien era muy querido en esta zona.
atte.
M. Cecilia Agrela Tuñón
María Cecilia: Era una época en la cual aún era muy fuerte la polarización entre la religión y los librepensadores. El Intendente de esos años era del añoso Partido Conservador y don Eduardo Agrela Giemza era un elevado y cultísimo miembro de la Logia Masónica Nº28 de Colchagüa.
Si te interesa saber mas historias de don Eduardo, escríbeme a:
ricardoaliagablog@gmail.com
Estimado Ricardo, la que hace la consulta es mi hija mayor, por lo que te estoy muy agradecido por tu disposición y aunque tu no lo creas yo no sabía en número de la logia de Colchagua.
Aprovecho de comentarte una muy grata sorpresa que me sucedió hace unos meses en el Jumbo de Las Condes.
Estaba tomando un café como suelo hacer frecuentemente,
con, en esta oportunidad la Rosario Arriagada, hermana de mi gran amigo Raúl y que como tu recordarás vivian anteriormente en tu casa de Chacabuco, frente al consultorio de ni padre.
Y se paró para pedir otro café y cuando vuelve me cuenta que la niña que estaba en la caja es hija de Julio Azócar
nuestro común y querido amigo, se llama Jimena y tiene la misma sonrisa de Julio, así que la abracé y tuve el gran placer de poder estar con ella.
Un afectuso saludo.
Eduardo Agrela Cortés.
Publicar un comentario