

Antes de su muerte, el mismo creador del primer prototipo, dejó el diseño de un marcapasos del tamaño de un tercio de un grano de arroz. Se alimenta con la energía del propio corazón y puede ser implantado mediante una cirugía ambulatoria. Y aun precio mucho más accesible que los actuales equipos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario