Sucedió ayer al mediodía: Voy caminando por el centro de Santiago.
Frente al Teatro Municipal hay una cinta plástica que impide el transito peatonal.
Delante de mí va caminando una señora delgada y bien vestida.
De pronto, el tacón de su zapato es atrapado por una grieta en el suelo. Descalza, se detiene y, mientras se vuelve a colocar el zapato, la miro y exclamo entre sorprendido y agradado: “¡La Cenicienta!” Y, mientras veo una expresión de azorado asombro en su rostro, agrego: “¡Hermosa, muy hermosa!” y seguí raudo mi camino…
1 comentario:
Que linda historia la verdad creo que le alegro el dia a esa señora jiji, llegue por casualidad a su blog, buscando informacion de brahma kumaris, me encanto su fotografia, uno de mis sueños es aprender ese lindo arte, aveces lo intento y algo lindo a salido.
Hermosos sus blog, un abrazo gigante!
Claudia
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