jueves, 4 de marzo de 2010

Terremoto, maremoto, réplicas y Stress: Como ayudar a quienes quedaron traumados.























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El Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile entregó recomendaciones emocionales para superar la catástrofe. Algunas de ellas son:

- La primera ayuda emocional a los sobrevivientes de un desastre está directamente relacionada con la solución de sus necesidades básicas y de supervivencia (alimentación, agua potable, abrigo, alojamiento, atención médica, etc.).

- Valore cuidadosamente las reacciones de las personas afectadas por el desastre e identifique con criterios claros a las que requieren una atención psicológica más urgente para ofrecerles un apoyo personalizado.

- Elimine o reduzca la hiperactividad. La persona, generalmente, realiza numerosas actividades sin terminar ninguna; puede ser muy crítico o conflictivo y poco paciente. Se le deben asignar algunas actividades de poca complejidad.

- Evite la inmovilidad. La persona que no puede moverse debe ser ayudada cuando existe la seguridad de que no hay ninguna razón física que lo justifique.

- Elimine la posibilidad de pánico. El pánico no es la conducta esperada o típica de la población. Sin embargo, la persona en estado de pánico debe ser tratada con firmeza, pero siempre con respeto, sin gritarle. Si hay más personas presentes, deben ser apartadas. Hay que evitar que el sujeto en pánico corra, abrazándolo fuertemente, no dejarlo solo y traer sus pensamientos a asuntos cotidianos.

- Si la persona expresa sus sentimientos de dolor o frustración con un comportamiento agresivo, por ejemplo, golpeando objetos, acompáñela calmadamente, sin tratar de detenerla inmediatamente, a menos que la seguridad de ella misma o de otros corra peligro.

- Evite los relatos con detalles horripilantes, pero tampoco trate de minimizar lo sucedido como “si aquí no hubiera pasado nada”.

- Estimule y favorezca que las personas afectadas se incorporen a las tareas de ayuda mutua entre sí, tan pronto como sea posible.

- El contacto físico facilita las cosas y crea una sensación inmediata de seguridad, Por ejemplo, si se le coloca la mano en su hombro mientras se le escucha. No obstante, se debe proceder con cautela en la proximidad a una persona afectada, ya que hay personas a las que puede resultarles incómodo un contacto excesivo.

- Actuar con calma tiene un efecto tranquilizador sobre las personas afectadas. La calma es casi tan contagiosa como el nerviosismo; es necesario hablar sosegadamente y en tono normal.

- La soledad crea sentimientos opresivos. Siempre que sea posible, se debe permanecer junto a la persona afectada y decirle que dispone del tiempo suficiente; no deje a la víctima sola o, al menos, asegúrese de que alguien esté con ella.

- Evite comentarios como “Puedo imaginarme por lo que has pasado”. Es mejor “Debe haber sido terrible” o “Debe ser muy duro para usted superarlo”.

Lo que NO se debe hacer: 
 
1. No aconsejar.
2. No ponerse de ejemplo (el auxiliador).
3. No enfatizar excesivamente los aspectos positivos. Frases como “Podría haber sido peor” pueden ser contraproducentes.

4. No minimizar el hecho; la frase “No pasa nada” suele ser negativa.

5. No bromear, la ironía puede ser ofensiva o contraproducente.

6. No dramatizar. Si la persona llora, el auxiliador no tiene por qué hacerlo.
7. No engañar a la víctima, ni fingir.

8. No favorecer la actitud de culparse.

9. No actuar defensivamente.

10. No favorecer dependencias directas del afectado con el auxiliador.
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