Ardor y frecuente deseo de orinar aunque la vejiga esté vacía, dolor en la región pubiana, sangre o pus en la orina son algunos de los síntomas más comunes de la cistitis, una inflamación de la vejiga que sufren principalmente las mujeres. Los hombres también pueden padecerla, pero la longitud de su uretra, que restringe la entrada de gérmenes a su vejiga, funciona como factor protector. Por cada diez mujeres, un hombre produce esta enfermedad.
Es más común en ellas debido a que su uretra es corta, lo que favorece la transmisión de bacterias desde la piel y los órganos genitales hacia el interior del cuerpo. También la presión sobre la vejiga durante el embarazo, el acto sexual o el uso de un diafragma (dispositivo anticonceptivo) aumenta el riesgo. La cistitis es una enfermedad predominantemente infecciosa, provocada en el 95% de los casos por la presencia de la bacteria escherichia coli, que se aloja en el tracto gastrointestinal y contamina la zona vaginal provocando la infección.
El doctor Eduardo Ceruti, director médico de la Clínica de Urología de Las Condes, sostiene que más de un 30% de las mujeres tendrá alguna vez en su vida esta enfermedad y un porcentaje de ellas en más de una ocasión.
Aunque en menor grado, también puede ser producida por un cuadro traumático, por ejemplo el que se produce por un largo viaje en jeep con muchos saltos y golpes. Eduardo Ceruti dice que también influye en la incidencia de esta enfermedad el aumento de la actividad sexual, pero no se trata de una enfermedad de transmisión sexual, sino de la denominada "cistitis de luna de miel", inflamación que sufren las mujeres tras su primera relación sexual. Es común que producto del roce, fuerte presión vaginal y el intercambio de flora bacteriana con la pareja se produzca cistitis, pero desaparece con la aceptación o acostumbramiento a la composición bacteriana del hombre.
El verano y las altas temperaturas traen asociados factores de riesgo, aunque no se trata de una enfermedad estacionaria, situaciones como "la deshidratación o malos hábitos como quedarse con el traje de baño sucio" incrementan su aparición. Ceruti explica que la falta de líquido puede producir estitiquez y con ella se multiplican las posibilidades de infección. "Las deposiciones que se mantienen mucho tiempo en el cuerpo posibilitan que la bacteria se traspase internamente, afectando a la vejiga", explica.
El principal riesgo de cistitis es el estreñimiento, que según el doctor Miguel Ángel Cuevas, urólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, se trata de "un mal típico en las chilenas". En invierno se produce por el bajo consumo de fibra, que en verano se puede combatir consumiendo más frutas y verduras. No obstante, en verano el relajo en algunos hábitos de higiene, gran cantidad de horas en piscinas y lugares comunes incrementa su incidencia.
Contrariamente a la creencia popular, no es el frío el que provoca la cistitis, sino una infección. Miguel Ángel Cuevas advierte que se confunde el llamado "enfriamiento", producto de la mayor frecuencia de orinar en invierno por la escasa transpiración y el aumento en la ingesta de caldos calientes, con esta enfermedad, arriesgando no someterse a un tratamiento adecuado para una inflamación infecciosa en que corresponden exámenes y antibióticos. Es tajante, no tratarla médicamente puede transformarla en crónica y derivar en enfermedades más graves como pielonefritis (infección al riñón) o la insuficiencia renal.
Algunas formas para prevenirla:
*Tomar alrededor de dos litros de agua diaria.
*Consumir una dieta balanceada para evitar la estitiquez.
*No aguantar las ganas de orinar.
*Limpiarse siempre de adelante hacia atrás.
*No quedarse con el traje baño sucio.
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Fuente: Sofía Fernández. La Nación Online
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