Si tu respuesta es afirmativa, no te preocupes, pues un estudio de la Universidad de California y San Diego ha determinado que el estado de ánimo de multitud de personas se ve modificado y condicionado por los post que ven en las redes sociales.
Lo mismo sucede con las emociones, que se contagian a través de la red como si de una epidemia se tratase.
En base a esta idea, y a la premisa de que lo que se publica en la Web no siempre es el reflejo de la realidad y únicamente busca dar una imagen de felicidad contagiosa, el director Shaun Higton ha elaborado su último cortometraje, llamado «What’s on your mind?» («¿Qué estás pensando?»).
El vídeo –que ya lleva casi tres millones de visitas en YouTube- muestra como en las redes sociales y, en especial, en Facebook, los usuarios crean una realidad paralela en la que únicamente muestran su vida «de color de rosa».
El cortometraje, que fue exhibido durante el Festival de Cannes, pretende dar un golpe de realidad en los internautas y demostrar que en las redes sociales la verdad es sobrepasada por la falsa imagen de felicidad.
De esta forma, y tal y como demuestra el estudio, los internautas únicamente buscan demostrar que su vida es feliz y mejor que la de los demás.
Sin embargo, en multitud de casos, esto no es más que pura fachada.
En el vídeo –que dura aproximadamente tres minutos- Higton nos presenta a Scott Thomson, un hombre que, durante una rutinaria noche en su hogar junto a su novia, descubre observando las fotografías de Facebook de sus amigos que disfrutan mucho más de la vida que él.
Frustrado por ello, comienza a crear una realidad falsa en la popular red social en la que todo lo que le sucede es positivo.
A partir de ese momento, para él únicamente importa lo que los demás piensan de su persona.
Así pues, si encuentra a su novia con otro hombre en la cama, escribe en Facebook que se siente absolutamente feliz por estar «al fin soltero»; si le despiden del trabajo, afirma en la red que se ha librado de un trabajo que le oprimía porque quería seguir sus sueños y, finalmente, si pasa la noche con una prostituta, se jacta en la red de haber «iniciado una nueva relación».
Todo ello, animado por las decenas y decenas de «Likes» que le hacen sus seguidores.
Sin embargo, todo cambia cuando Scott ve una imagen de su antigua novia en Facebook.
Eso parece ser demasiado para nuestro protagonista que, sin mediar palabra, escribe en su cuenta su último mensaje público: «Mi vida apesta».
Fuente:abc