Miércoles 18 de Junio. Chile contra España.
Pensaba ver el partido, pero mi dentista me cita a su consulta
justo a las 15.00 Hrs.
Está de lo mas serio analizando unas radiografías cuando se escucha un atronador grito de ¡GOOOOOOOOOOL!
Pierde la compostura y da un tremendo salto.
Estamos en el centro a un par de cuadras del Paseo Ahumada.
Termina la sesión poco antes del segundo tiempo.
Por el camino al Metro queda sellado el triunfo ante los españoles.
¡Los chilenos salen a celebrar!
En España la situación es diferente:
Y en Brasil la pena es muy grande:
Tomo el metro y desciendo en una Estación totalmente vacía
en lo que otros días sería una hora "peak".
Tomo una fotografía de testimonio y salgo a la superficie terrestre.
El ruido es ensordecedor. Alguien lanzó una bomba de humo. Suenan las bocinas de los automóviles. En la esquina saltan decenas de personas bandera en mano. Los más con vuvuzuelas casi revientan mis audífonos. Me los saco y camino en el delicioso silencio de mi sordera.
Cruzo hacia un sitio del cual salen taxis. Me siento a esperar.
Se acercan dos alegres transeuntes. Bien vestidos, anteojos ópticos a la moda. Uno de ellos me ve y se pone a gritar "¡España, España!".
Y agrega ¿Parece que estoy equivocado?
Sobre la marcha le respondo: "¡Brasil, Brasil!". Me da una mirada extraña, entre pensativa y molesta.
Se me ocurre que puede agredirme.
Y sonríe y después ríe a carcajada limpia.
Junto a su compañero prosigue caminando.
Ahí me doy cuenta que están ebrios.
Pocos metros después, mi ex interlocutor se acerca a la puerta de una casa y orina.
En seguida retrocede unos pasos, se acerca a un hermoso auto y vomita explosivamente en el capot.
Aliviado, se alejan.
Tomo un taxi y regreso a casa.
Después me entero de diversos desmanes, destrozos, algunos saqueos.
Y pienso que si personas aparentemente cultas y de buen pasar
se desrielan con el trago ¿Que podemos exigirles a los que viven su día a día en precarias y estresantes condiciones?...
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