jueves, 25 de julio de 2013

Dudas acerca de la sal y la hipertensión.

La sal es un condimento básico de la cocina pero muy poco recomendado por los especialistas de la salud ya que temen que aumente la presión arterial. 

Más,  una nueva investigación echa bastante leña al debate sobre su uso, ya que parece que la tan mentada sal no solo no es mala para la salud sino que es incluso recomendable.


Los expertos de la Universidad de Leuven (Bélgica) encontraron que ciertas dosis de este condimento parecen disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca. 

Al escuchar estos resultados, sus colegas de la Asociación Americana del Corazón y el Centro para el Control de las Enfermedades (Estados Unidos) pusieron el grito en el cielo y no solo cuestionaron los resultados de la investigación sino el procedimiento científico que usaron. 

POR QUÉ SI Y POR QUÉ NO

El debate de la sal gira en torno a su efecto en la presión arterial. Este condimento aporta sodio, un nutriente necesario para el correcto funcionamiento de los nervios y los músculos y que ayuda a mantener el equilibrio adecuado de los líquidos del cuerpo. 

Sin embargo, el temor con respecto a la sal es que al consumirla en exceso parece generar hipertensión arterial. 

Esta condición es verdaderamente peligrosa ya que aumenta muchísimo el riesgo de desarrollar patologías graves como accidentes cerebrovasculares, afecciones cardíacas e insuficiencia renal. 

SAL O NO SAL

La investigación que reavivó el debate se realizó con 3.681 personas que tenían una presión arterial normal y que no sufrían ningún problema cardíaco al comenzar la investigación. 

Estos voluntarios fueron divididos en tres grupos: los que comían sal en cantidades altas, moderadas y bajas. 

Y resultó que los que más sal usaron mostraron una menor tasa de mortalidad. A los ochos años de comenzado el estudio habían muerto 50 personas de los que comían con poca sal, 24 de los que lo hacían de manera moderada y 10 voluntarios que utilizaban mucho de este condimento. 

Como si esto fuera poco, el riesgo de enfermedad cardíaca era 56% mayor en los voluntarios que usaban poca sal. 

Por ese motivo, los autores aventuraron una polémica conclusión: cuanta menos sal se come más posibilidades hay de morir a causa de enfermedades cardíacas. 

“Hay acuerdo en que la hipertensión arterial es un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas y la muerte. 

Sin embargo, el consumo de sal no parece tener el mismo efecto en todas las personas. 

Además, generalmente no se diferencia el tipo de sal que se usa. Están las que se cosechan naturalmente, que también contienen muchos minerales. La literatura médica sobre el consumo de sal es inconsistente”, concluyó Griesels.

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