Algunas de las causas son:
*El estrés: uno de los peores enemigos. Para contrarrestarlo, es necesario cambiar actitudes.
*La baja autoestima: es necesario valorarse positivamente. La autoestima es una gran guía para la vida sexual.
*Los prejuicios: pensar que la relación sexual surge espontáneamente, sin trabajo ni esfuerzo, es un mito.
*Falsas expectativas: se cree que una relación sexual debe ser perfecta y que los dos deben llegar al orgasmo a la vez. Esta creencia lleva a tener relaciones sexuales poco satisfactorias y conduce a que la pasión se apague.
*Falta de comunicación: es importante hablar con la pareja para saber qué siente y qué desea. Compartir inquietudes y necesidades es fundamental para enriquecer la sexualidad. Los malentendidos o las palabras no dichas a tiempo aumentan la distancia.
*La rutina: cuando el placer se transforma en costumbre, se entra en un terreno peligroso. A la sexualidad hay que trabajarla siempre, innovando y condimentando con palabras, juegos y diversión. El sexo no debe ser una obligación más para hacer en el día.
*El aburrimiento: buscar nuevos estímulos para que la relación no se vuelva monótona es otra de las claves.
*Los conflictos: si hay problemas de pareja, es inevitable que se trasladen a la cama. Indudablemente, los conflictos atentan contra la libido. Hablar del tema y buscar una solución puede ayudar. No hay que pensar que el tiempo o mantener relaciones sexuales harán que el problema se diluya como por arte de magia. Si se soluciona a tiempo, no afectará la vida sexual.
Como Aumentar el deseo:
Así como no existe una única causa para la aparición de la falta de deseo, tampoco hay una receta magistral que haga que se vuelva a restablecer.
Pero, si podemos hacer cosas para activarlo y volver a disfrutar:
Besarse apasionadamente, tocarse, acariciarse.
Reír cuando hacemos el amor.
Recordemos que el sexo requiere tiempo: Si esperamos hasta las 3 de la mañana, vamos a querer dormir. Si no podemos dejarlas obligaciones, debemos buscar otro lugar para el encuentro.
Recordar los momentos en los que apareció el deseo y volver a recrearlos puede contribuir a aumentar la libido.
Muchas veces, las parejas son reticentes a buscar ayuda profesional, pero, es necesario animarse. Las terapias sexuales son breves, duran entre cinco y seis sesiones, y se realizan en forma personalizada, ya que cada pareja tiene que encontrar su propia solución. Se trabaja a través del diálogo terapéutico y con ejercicios y tareas para hacer en casa. Está claro: no hay recetas comunes.
Pero quizá la terapia que hizo célebre a Helen Kaplan, una de las sexólogas norteamericanas más reconocidas del mundo, sea un buen comienzo.
Ella asegura que sólo se necesitan tres ingredientes: tiempo, fantasía y amor...
Por Diana Resnicoff /YahooMujer.
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