miércoles, 2 de junio de 2010
Recuerdos de juventud: Jorge Pedreros.
Llegué a Santiago en 1963. Dejaba la plácida ciudad de San Fernando y me trasplantaba a la capital para ingresar como estudiante a la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile.
Dejar mi hogar y vivir lejos de la familia me hacía respirar aires nuevos. Deseos de vivir otras experiencias.
En esos tiempos rugía el fenómeno de la Nueva Ola chilena.
Me encontré con un amigo sanfernandino que cantaba y deseaba probar fortuna en Santiago. Y lo logró. Era el crooner de una formidable orquesta espectáculo. Me invitó a acompañarle en una presentación nocturna en la famosa Boite "El Mundo", sector Avenida Matta.
Llegué cerca de las 22 Hrs. Estaba actuando la Sonora Palacios, siguió Richard Robertson: La voz de Oro del Mississippi (Triunfador en Sábados Gigantes). La noche discurría entretenidísima.
Llegó la hora de regresar a casa. Camino a la salida, me encontré con otro joven que, al igual que yo, iba hacia la Alameda. Nos fuimos caminando y conversando. Era muy histriónico, sencillo, tenía un sentido increíble del humor. A mitad del trayecto, encontramos un buzón. Se detuvo ante el y, fingiéndose ebrio, le "confundía" con un Wurlitzer. Trataba de echar una moneda y seleccionar un disco. No lo lograba, e insistía. Era un mimo sensacional. Teminó la parodia y le aplaudí entusiasmado. Llegamos a la Alameda y, antes de despedirnos, nos presentamos le di mi nombre y él el suyo: "Me llamo Jorge Pedreros". Y no nos vimos nunca mas. En ese entonces yo ignoraba que había compartido con un hombre genial.
Ahora, que está en un difícil trance, le envío mi saludo emocionado a este ser tan especial.
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