En una relación de pareja no satisfactoria, hay ciertos síntomas que nos dan la pauta (o la seguridad) de que es hora de decir adiós, dejar partir esa relación, quedarnos solos y comenzar a hacer lugar para lo nuevo que vendrá. Los rasgos de la personalidad no desaparecen mágicamente, y aunque hayamos intentado por todos los medios que la otra persona cambie o deje de hacer cosas que nos molestan (o nos hieren), en ciertas situaciones es necesario descartar ese "amor" que solo nos trae infelicidad y malestares varios.
Algunos de estos síntomas son:
Pérdida de confianza: si tu pareja te ha dado muestras repetitivas de que no es digno (o digna) de tu confianza, creo que no hay vuelta atrás. La confianza es uno de los pilares de las relaciones entre las personas, y cuando se pierde definitivamente, es un desgaste de energía enorme intentar volver atrás (con resultados más que dudosos). Siempre propongo perdonar y dar una nueva oportunidad, dos tal vez, desde el corazón, ya que todos nos equivocamos alguna vez y podemos tener actitudes de las que nos arrepentimos, pero no dejar de ver lo constante y permanente - no toda la gente merece nuestra confianza.
Estar con él (o ella) peor de lo que estaríamos solos: el miedo a la soledad puede hacernos tomar decisiones y sostener relaciones que nos hacen daño. Si tu pareja, en vez de sumar a tu felicidad, resta, es un buen momento para que decidas ver qué dentro de ti acepta una situación así, sanearlo y descartar toda relación que no aporte a tu bienestar.
Conductas que nos desagradan al repetirse: hablo de comportamientos que son realmente importantes para nosotros y que la otra persona, a las claras, nunca realizará (o dejará de realizar) porque representan parte de su personalidad. Por ejemplo, si tu pareja es sistemáticamente infiel, lo seguirá siendo... está en ti aceptarlo o poner distancia definitiva.
Tener la necesidad de ponerle un límite importante a la otra persona (porque hemos agotado los recursos para que lo haga de otro modo): si tu pareja te falta el respeto y esto se ha convertido en una costumbre, llegó el momento de "poner límites" y de definir el momento en el que comenzarás a darte tú lugar nuevamente. La responsabilidad es tuya. Eres un ser valioso y único, cuentas con muchas bondades y virtudes, y cualquier persona que te diga otra cosa está equivocada y, probablemente, te manipule con sus palabras. Si precisas ayuda profesional para tomar la decisión definitiva de poner un límite y de dejar todo lo que te perturba detrás de ese límite, es hora de que busques esta ayuda.
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1 comentario:
Gracías por el artículo, hace poco terminé con una relación "malsana" y estoy en la etapa de la angustía del "extrañar", así que me ha inyectado calor para mantenerme decidida...=)
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