El huevo es uno de los alimentos básicos y cumple un papel relevante porque aporta proteínas de alta calidad, con aminoácidos esenciales para el organismo. |
Por sí solo puede protagonizar algunos de nuestros platos más emblemáticos como los huevos fritos o ser un ingrediente principal de otras recetas, además de ser indispensable en muchos guisos, cremas, salsas, rebozados... Pero, ¿sabes todo sobre el huevo? Estos datos puede que te sorprendan.
1. No caducan tan pronto. Las autoridades sanitarias 'obligan' a los productores a poner una fecha de caducidad para proteger a los consumidores, pero en realidad podrías tomarte los huevos incluso cuatro semanas después de la fecha indicada. Una investigación del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) de Estados Unidos señala que el almacenaje de los huevos más allá de su fecha de caducidad no altera la calidad del alimento, siempre y cuando este tiempo no sobrepase las diez semanas.
El truco está en saber cómo refrigerar y manipular de forma adecuada los huevos para garantizar su seguridad durante las cinco semanas posteriores a la fecha de caducidad.
Eso sí, antes de consumirlos, si la fecha ha vencido, asegúrate de que la cubierta esté intacta porque es lo que protege el interior del huevo y mantiene alejadas a las bacterias.
Cualquier fisura, por mínima que sea, debe hacerte descartar el huevo.
Igual que el olor. El olfato no miente y es la mejor manera para saber si lo huevos están en buen estado. Si notas algo raro, ¡a la basura!
2. El color no importa. Eso depende de la raza de la gallina ponedora o lo que es lo mismo, de factores genéticos. Están los blancos, los morenos, los rubios... en función del plumaje de la gallina. Pero según afirman los chefs más prestigiosos del mundo y diversos estudios científicos, su aspecto no influye en su sabor.
3. No siempre compras lo que crees. Muchos envases aseguran que los huevos proceden de gallinas criadas al aire libre. Sin embargo, en algunos casos no es así, y esos huevos son fruto de la cría masiva en lugares que no respetan los criterios ecológicos que enarbolan.
4. Si son frescos saben mejor. Los consumidores dicen que los huevos frescos del campo son extraordinariamente ricos y sabrosos. Los orgánicos ocupan el segundo lugar, y los huevos de las gallinas criadas en producción masiva quedarían en la última posición.
5. Si flotan, debes tirarlos. Si después de lo que contamos en el primer punto tienes dudas sobre la frescura y el estado del huevo, haz esta prueba:
Mete el huevo en un recipiente con agua, si flota hasta la superficie es que ya no es fresco.
De hecho, cuando eso ocurre la cascara parece más redonda porque parte del agua que el huevo contiene se escapa en forma de vapor a través de los poros de la cáscara, formando una cámara de aire en su interior. Entre más tiempo espera su turno para ser comido, más aire se acumula. Si flota, ya es demasiado tarde ...
Antes de terminar, unas cuantas aclaraciones más: los huevos grandes no son mejores, el tamaño del huevo aumenta a medida que aumenta la edad de la gallina ponedora, y cuanto mayor es el huevo más frágil y fina es la cáscara y por lo tanto menos aislante.
No se deben lavar los huevos, ya que la cáscara es porosa y podría destruirse la película natural que protege la cáscara haciendo así que penetren los microorganismos y contaminar el huevo.
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