Científicos estadounidenses señalan que los alimentos edulcorantes sin calorías contribuyen a aumentar el peso y los niveles de grasa en el cuerpo, según un estudio realizado con ratones.
El número de febrero de la publicación científica Behavioral Neuroscience recoge un artículo liderado por Susan Swithers y Terry Davidson, en el que se pone de manifiesto que los animales alimentados con azúcares artificiales ganaron más peso, más grasa y más calorías que los que consumieron glucosa -edulcorante natural-.
Ambos científicos y sus compañeros de la Universidad Psicológica de Purdue (Indiana) apuntan a que este fenómeno, aparentemente paradójico, se debe a que el cuerpo anticipa muchas calorías cuando prueba un alimento o bebida dulce, ya que en la naturaleza los alimentos dulces tienen normalmente un elevado número de calorías.
Tal y como sucede con la ley del reflejo condicionado de Pavlov -en la que un perro salivaba al oír una campana aunque no hubiese comida-, el experimento demuestra que los animales que consumen un producto dulce desarrollan una respuesta anticipada ante dicho alimento.
Los expertos creen que, al romper la relación entre la sensación de dulzor y los alimentos de elevadas calorías, el cuerpo se confunde y le es más difícil regular los productos consumidos.
A pesar de que el estudio no ha sido probado con humanos, los investigadores manifiestan que sus resultados pueden estar relacionados con la evidencia de que las personas que consumen bebidas sin calorías son más propensas a padecer obesidad y otros síndromes metabólicos.
Estos nuevos datos completan una investigación previa de este equipo de Indiana en el que aseguraba que los animales que consumían productos con sacarina tendían a comer más que aquellos se alimentaban de comida dulce con elevadas calorías.
El número de febrero de la publicación científica Behavioral Neuroscience recoge un artículo liderado por Susan Swithers y Terry Davidson, en el que se pone de manifiesto que los animales alimentados con azúcares artificiales ganaron más peso, más grasa y más calorías que los que consumieron glucosa -edulcorante natural-.
Ambos científicos y sus compañeros de la Universidad Psicológica de Purdue (Indiana) apuntan a que este fenómeno, aparentemente paradójico, se debe a que el cuerpo anticipa muchas calorías cuando prueba un alimento o bebida dulce, ya que en la naturaleza los alimentos dulces tienen normalmente un elevado número de calorías.
Tal y como sucede con la ley del reflejo condicionado de Pavlov -en la que un perro salivaba al oír una campana aunque no hubiese comida-, el experimento demuestra que los animales que consumen un producto dulce desarrollan una respuesta anticipada ante dicho alimento.
Los expertos creen que, al romper la relación entre la sensación de dulzor y los alimentos de elevadas calorías, el cuerpo se confunde y le es más difícil regular los productos consumidos.
A pesar de que el estudio no ha sido probado con humanos, los investigadores manifiestan que sus resultados pueden estar relacionados con la evidencia de que las personas que consumen bebidas sin calorías son más propensas a padecer obesidad y otros síndromes metabólicos.
Estos nuevos datos completan una investigación previa de este equipo de Indiana en el que aseguraba que los animales que consumían productos con sacarina tendían a comer más que aquellos se alimentaban de comida dulce con elevadas calorías.
Fuente: La nación.