sábado, 21 de julio de 2007

Renacer de un roble herido

Lo vi una mañana de Invierno: Partido de arriba hacia bajo.
Sin ninguna rama. Nadie habría dado un centavo por el.
Sin embargo el roble pensaba diferente. Sus ocultas raíces
acumulaban la fuerza de la Tierra. Y llegó la Primavera.
Con el renacer de la luz. El roble se llenó de vida. Ramas
fuertes y jóvenes, con hojas de verde claro. Desafió a quienes
no creían en el y triunfó en plenitud.
Un gran ejemplo para los que se echan a morir por nimiedades.
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