miércoles, 26 de septiembre de 2007

VIVIR CON VÉRTIGO. Por Alina Diaconu.


"La vida de hoy tiene el ritmo de los ríos", escribía Antonio Machado allá por los años 20 del siglo pasado.
¿Con qué imagen podríamos comparar hoy el ritmo de nuestra vida, con qué metáfora? ¿Con una cascada? ¿Con un aluvión? ¿Con un vendaval? ¿O bien con esa extraña y temible sensación que produce el vértigo? El vértigo es ese vahído, esa turbación del juicio (como dice el diccionario) que conlleva un instante de locura, un intenso y, por fortuna, pasajero desquiciamiento de nuestra mente. Pero desquiciamiento al fin.
En las alturas, para los que lo padecen, es el repentino reino del pánico, del terror... el miedo al vacío, a los abismos sin límites, a la pérdida de la razón.
La vida nuestra de cada día es un remolino. La información nos apabulla: casi todo lo sabemos al instante. La adrenalina corre por nuestro cuerpo porque cada vez queremos saber más, y no hay límite en ese pozo sin fondo. Parecería que si no estamos informados de todo lo que pasa no supiéramos nada. Y en realidad nunca lo sabremos todo y siempre ignoraremos un montón. Es una lucha en la que vamos a perder eternamente. Pero insistimos, porque tenemos voracidad de conocimientos, lo cual es loable, claro está. Ponemos el noticiero de la radio mientras hablamos por nuestro celular, leemos los mensajes de texto y conducimos el auto con una sola mano. Todo al mismo tiempo.
En un taxi o en el coche de un amigo, seguimos igual. Hablamos con nuestro interlocutor, pero en realidad estamos pendientes del teléfono móvil que suena y, de las fotos que podemos sacar. En los bares, estamos atentos a lo que se ve en el televisor colgado en lo alto (por lo general, partidos de fútbol o de tenis), mientras tocamos las teclas de la notebook, desplegada sobre la mesa del café, para saber si entró un e-mail nuevo (se están vendiendo 300 computadoras portátiles por día en nuestro país).
En las oficinas, ni hablemos. Hay una sobrecarga: la vista clavada en la pantalla que nos acerca instantáneamente todos los mundos posibles. Los negocios, las noticias, la meteorología, los viajes, los deportes, el arte, las ciencias, lo que queremos comprar, lo que queremos vender, todo, absolutamente todo, al ritmo de nuestros deseos.
La tecnología y las maravillas que ha traído la modernidad hacen que todos seamos hombres y mujeres orquesta. Mientras cocinamos un guiso con una mano, calentamos la comida de los niños en el microondas con la otra. Contestamos el correo electrónico en el escritorio y conversamos con un amigo gracias al teléfono inalámbrico, pasando así de un cuarto a otro y enderezando, al pasar, la alfombra del living o los cuadros en la pared. Leemos mientras escuchamos música, en los medios de transporte o a la noche, para potenciar el efecto del somnífero. Y cuando salimos, nos mareamos en las megatiendas y en los supermercados y vemos cómo los chicos pasan horas hipnotizados con el chat y con los juegos electrónicos.
En esta locura hiperkinética vivimos día tras día. Ya ni nos damos cuenta de las mil cosas que hacemos al mismo tiempo. ¿Quién va a dar crédito a las palabras de aquel monje budista que un día nos dijo que no pueden hacerse dos cosas a la vez? ¿O al refrán popular que sostenía que no podemos tener el trasero en dos sillas? El ritmo de los videoclips no fue un invento artístico: es la copia de nuestra realidad diaria. Casi no podemos terminar una acción que ya está la otra, superpuesta, mientras llega la tercera que se le va a sumar.
No tenemos tregua. Vivimos excitados, sobresaltados. Corremos de un lado a otro, y cuando nos detenemos es para darnos cuenta de todas las cosas que aún nos falta hacer. En esta era que a la clase media le toca vivir se ha llegado muy alto. Tan alto que el vértigo nos acecha. Y, con este vértigo, ¿cómo no van a aumentar los ataques de pánico, las fobias y otro montón de enfermedades llamadas "de la civilización": enfermedades cardíacas, hipertensión, bulimia y anorexia, y, por supuesto, el insomnio, que afecta a un 30% de la población mundial.
A todo esto se lo llama estrés y casi parece imposible no sufrirlo. ¿Quién no vive hoy día estresado, alienado, desbordado? ¿Y cómo no se va a estar estresado con el ritmo enloquecedor que se ha apoderado de nuestra existencia y que, al parecer, no podemos o no sabemos controlar?
Escribió el psiquiatra y pensador R. D. Laing en La política de la experiencia : "Hemos nacido en un mundo donde la alienación nos espera con los brazos abiertos. Somos hombres (y mujeres) potencialmente, pero nos hallamos en un estado alienado y dicho estado no es simplemente un estado natural. (...) Como adultos, hemos olvidado la mayor parte de nuestra infancia: no sólo su contenido, sino también su sabor. Como hombres, apenas si recordamos nuestros sueños".
¿Cómo hacer para parar este vértigo que nos abruma y marea, esta vorágine que nos devora, esta ansiedad por tenerlo todo, por abarcar lo inabarcable, por controlar lo incontrolable, por no perderse nada de este atractivo mundo de la tecnología?
Los gimnasios llenos de gente hablan de cierto grado de toma de conciencia. Y también las personas corriendo en los parques, haciendo footing por la mañana, buscando lugares paradisíacos para los fines de semana largos y para sus vacaciones . Pero ¿será suficiente? ¿O habrá que hacerse un cuestionamiento más profundo que implique un cambio interno realmente transformador?
"¿Qué es esta vida cuando, llenos de cautela, no tenemos tiempo de detenernos y contemplar?", dice un poema de William Henry Davies. No se trata de vivir fuera de este tiempo tan prodigioso. Se trataría, más bien, de que las cosas no giren locamente, de encontrar un eje, un equilibrio que evite el vértigo; de avanzar dentro de uno mismo con un entusiasmo y un tesón idénticos a los que usamos para acceder a los progresos de afuera. Simplemente, encontrando una serenidad que nos es propia, esencialmente nuestra.
Esta serenidad existe, es, aparece y surge con naturalidad cuando estamos en silencio, mirando un atardecer o el cielo estrellado. Cuando nos permitimos dejar de lado las especulaciones de la mente y abrir nuestro corazón.
Alina Diaconú es escritora. Su libro más reciente es “Intimidades del ser”.
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viernes, 21 de septiembre de 2007

ELECTRO_SMOG


El Ministerio del Medio Ambiente de Alemania hizo un llamado a evitar el uso de WiFi y celulares, por los posibles daños que pudiesen causar a los usuarios.

Este anuncio fue hecho “porque la gente está expuesta a muchas fuentes de emisión y porque ésta es una nueva tecnología y todas las investigaciones sobre sus efectos en la salud aún no han sido concluyentes”, publica The Independent.

El llamado se extendió a ser cuidadosos con el “electro_smog” que producen dispositivos de la vida diaria como los monitores para bebés y las frazadas eléctricas.
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viernes, 14 de septiembre de 2007

PROTEJA SU SALUD EN ESTAS FIESTAS


Consejos para que estas Fiestas Patrias no le jueguen una mala pasada

Ya sea en fondas, restaurantes o al aire libre, se debe prestar atención a las condiciones en las que se consumen los alimentos. No hay mejor fiscalizador que uno mismo.

Mónica Jiménez, nutricionista y Directora de la Escuela de Nutrición de la Universidad Andrés Bello, entrega una serie de recomendaciones para disfrutar sin preocupaciones
de este "18":
*No consumir preparaciones expuestas al ambiente sin protección. Aunque estén sobre parrillas u hornos portátiles, pueden ser afectadas por microorganismos patógenos.

*Evitar la ingesta de alimentos exhibidos en vitrinas no refrigeradas.

*En fondas, observar la higiene de pisos, mesas y mesones, también del personal que prepara y atiende público en ese recinto.

*Preste atención a la fecha de envasado de alimentos y preparaciones.

*En lo posible, ordenar platos que exijan su preparación inmediata, así se evita el consumo de alimentos recalentados. Si sospecha del estado de una preparación, realice otra solicitud.

*Fíjese que no le retiren el plato rechazado antes que le traigan el otro. Advierta al responsable del restaurante o fonda, que devuelve el producto por falta de higiene, contaminación o mal estado.
*Evite el consumo de alimentos o preparaciones que permanecen en las mesas sin refrigerar: salsas, pebre, mostaza, salsa de tomates, mayonesa, aceites.

*Preferir vasos y vajilla desechables.

*En general, el aseo efectuado en las fondas o en el comercio callejero no es el más adecuado ni prolijo.

*Es útil verificar el aseo de los baños del establecimiento. No hay mejor indicador de higiene general que la disposición e implementación de estos.

*Si ha programado una celebración al aire libre, lleve los productos que consumirá previamente cocinados y envasados herméticamente con material aislante y hielo, sobre todo para preservar preparaciones con alto contenido graso como mayonesas, cremas, mantequillas y embutidos.

Enfermedades transmitidas por alimentos.

En nuestro país se presentan varios casos de enfermedades gastrointestinales debido a la falta de higiene en la preparación de los alimentos, estos se pueden presentar en:

Alimentos contaminados: alimentos que contienen microorganismos que dañan la salud. No es fácil detectar cuando nuestros alimentos están contaminados pues a simple vista no los podemos apreciar y no alteran el sabor de nuestros alimentos.

Alimentos descompuestos, por ejemplo al detectar un mal olor, sabor y apariencia. Podemos observar esto en la leche cortada o agria, pescados y mariscos de mal olor, alimentos y bebidas fermentadas, entre otros.

• La falta de higiene personal en la elaboración de alimentos.

• Las bacterias patógenas crecen mejor en el rango de temperatura comprendido entre 5° C y 60° C. este rango es llamado zona de peligro por lo cual un alimento nunca debe ser dejado dentro de la zona de peligro.

¿Cómo se contaminan los alimentos?

Puede ocurrir de dos maneras: durante la preparación de los alimentos a través de las manos, utensilios, trapos, etc. y durante en almacenamiento, pues, por ejemplo un alimento crudo puede contaminar alimentos cocidos o si están listos para comerse si estos últimnos no son almacenados por separado.

Algunas bacterias comunes en la contaminación de alimentos.
Bacterias y en qué alimentos se encuentran:

Salmonella (fiebre de tifoidea)
Carne, pollo, huevos y productos derivados del huevo.
Bacillus cereus (gastroenteritis)
Cereales, arroz, productos cárnicos, sopas empacadas.
Staphylococcus aureus (vómito/gastroenteritis)
Alimentos a base de carne y pollo, derivados de huevo, ensaladas a base de mayonesa, crema o pasteles rellenos.

INFORMACIÓN:
LA SEGUNDA DIGITAL
Y DE NUESTRAS PROPIAS FUENTES

jueves, 13 de septiembre de 2007

BRAIN AGE II. Video juego contra el Alzheimer

Todos los desafíos de este juego se basan en los estudios del neurocientífico Ryuta Kawashima, que logran mejorar la agilidad mental y retrasar la demencia senil y el Alzheimer.

Si quieres ejercitar ese músculo llamado cerebro y sentirte más ágil mentalmente, es momento de ir por el nuevo Brain Age 2: More Training in Minutes a Day (Edad Mental 2: Más Entrenamiento En Unos Minutos Diarios), recientemente lanzado en exclusiva para la consola portátil Nintendo DS.Brain Age 2, basado en los estudios del neurólogo Ryuta Kawashima, tiene 15 nuevas e intensivas actividades diseñadas para ejercitar el cerebro que logran mejorar la agilidad mental, a fin de retrasar la demencia senil y el Alzheimer.
Millones de hombres, mujeres, estudiantes y personas de la tercera edad alrededor del mundo escogieron al Brain Age: Train Your Brain in Minutes a Day, dando paso a una nueva generación de video juegos y a una nueva audiencia de jugadores.
El juego incluye un set de exámenes para quienes disfrutaron desafiarse a sí mismos junto a la primera versión lanzada el 2007.
Estudios aseguran que los efectos degenerativos de la demencia senil se pueden retrasar si las personas mantienen una terapia de actividad intelectual constante y con fuertes lazos familiares para evitar estar aislados, de acuerdo con el Instituto de Psiquiatría de Londres.
Todos los desafíos del Brain Age estimulan la actividad en la corteza prefrontal del cerebro, conocida como la “torre de control” de nuestras cabezas, ofreciendo ejercicios en un formato entretenido que explota las fortalezas del DS.
No es necesario conocer la primera versión para jugar el Brain Age 2, que ofrece cortos ejercicios matemáticos y lingüísticos, como combinar letras para formar una palabra y tocar notas en un piano virtual. Con 100 nuevos rompecabezas sudoku y formas de competir con los amigos y la familia, es atractivo para cualquiera, sin importar la edad o experiencia en video juegos.
La primera versión vendió 8.61 millones de copias alrededor de todo el mundo.
Brain Age 2: More Training in Minutes a Day ya está disponible en Chile en el retail y tiendas especializadas, a un precio de referencia de $17.990 y está clasificado con la letra E, de Everyone en inglés, que significa Para Todas Las
Edades.
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Fuente: LA SEGUNDA INTERNET
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